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No recuerdo exactamente el año, pero se publicó alrededor de 1990 en el diario El Informador, de Guadalajara, Jal. un reportaje que iniciaba diciendo: ""Zapata no fue asesinado en Chinameca, dice Nicolás Zapata"". La nota refería la versión del hijo menor de Emiliano, quien aseguraba que al momento de la emboscada no era Zapata, sino Agustín Cortés, un compadre de Zapata y miembro de su tropa a quien Emiliano había enviado y que un sastre libanés que vestía a Zapata le había hecho unos bigotes postizos.
Aprovechando el parecido entre ambos, Zapata decide enviar a Agustín a la histórica reunión -como ya lo había hecho en ocasiones anteriores con otros compromisos- puesto que a Zapata no le gustaba aparecer en público, pero al corto tiempo Agustín se arrepiente y no obstante cumple obedientemente la encomienda de su General.
Nicolás Zapata refiere que Zapata se había decepcionado del giro que había tomado la revolución y fue por eso que decidió enviar al compadre para tomar la decisión de abandonar el país. Cuando llevaban al supuesto Zapata muerto en una carreta, la gente se dio cuenta que no era el verdadero Emiliano por dos razones fundamentales: el lunar característico en su rostro y que le había sido pintado a Agustín se había corrido a causa del hielo en el cual se iba conservando el cuerpo; además, el cuerpo tenía todos los dedos de sus manos completos. Zapata era charro y es común entre los charros perder parte del dedo meñique a consecuencia del lazo quemante en las tareas campiranas, a Zapata le faltaba parte de uno de sus dedos.
Nicolás Zapata sigue diciendo que en uno de los aniversarios luctuosos en honor a su padre a los que solía asistir el famoso lingüista Gutierre Tibón, por boca de su viuda, ésta le informaba año con año la salud del General. Emiliano había salido escoltado por su tropa hasta Tampico en donde había sido embarcado a Europa. Finalmente la noticia esperada llegó y le fue confiada: ""Zapata ya murió, está enterrado en un pequeño pueblo de Italia de nombre Barragio"".
La última voluntad de Emiliano fue que sus restos descansaran en un hermoso mausoleo que este mandara construir, la nota refiere el lugar del estado de Morelos en que fue construido. Nicolás refiere los esfuerzos para traer sus restos y que alguna vez la presidencia de la república autorizó en secreto el cumplimiento de la última voluntad de Zapata dando la contraorden casi de inmediato. La nota destaca un Zapata tan valiente, tan inteligente y no menos héroe que la versión oficial, y si bien el mausoleo sigue vacío -la versión oficial nos muestra a un Zapata que descansa al pie de su estatua- mientras la última voluntad del valiente caudillo del sur no sea cumplida, cada vez crecerá más grande la imagen del caudillo cabalgando triunfante en las serranías de Morelos y a todo lo largo y lo ancho de nuestra geografía nacional.