Rodin: el padre de la escultura moderna

El escultor Auguste Rodin nació el 12 de noviembre de 1840 en París, en un barrio pobre del distrito XII. Considerado el “padre de la escultura moderna”, cuando tenía apenas 14 años, logró convencer a su padre para ingresar a la Escuela Imperial especial de Dibujo y Matemáticas, mejor conocida como “la Pequeña Escuela”.

            Tras esos primeros definitorios años de formación, para ayudar a su padre, trabajó en el taller del ornamentista Albert Ernest Carriere Beullese como ayudante de decoración, compaginando estas otras actividades con su dedicación a la escultura.

            Fue alumno de Jean Baptiste Carpeaux en la Escuela de Artes Decorativas y de Antoine Luis Barye en el Museo de Historia Natural, dos escultores de quienes recibió instrucción e inspiración.

            Además de sus investigaciones técnicas, la obra de Rodin se apartó de los temas tradicionales de la mitología y la alegoría. Siguió el modelo del cuerpo humano y el realismo.

            Su primera obra esculpida la realizó en 1860 y fue un busto con la figura en su padre Jean Baptiste Rodin, con un estilo inspirado en los antiguos retratos de los legisladores romanos.

            En 1883 conoce a Camille Claudel, su alumna prometedora, talentosa, de llamativos ojos verdes que casi de inmediato se convirtió en la musa del escultor. A pesar de que Rodin ya tenía una esposa y una amante, quedó prendado de la joven escultora (tenía apenas 19 años); quien no pudo manejar la carga amorosa del escultor. Tras un embarazo, un aborto y una intensa relación llena de celos y presiones. Camille terminó aislándose en el hospital psiquiátrico de Montdevergues.

            Para 1900, Rodin ya era un artista de renombre y con éxito comercial. Después de la exhibición de su obra en la Feria Mundial, varios coleccionistas privados comenzaron a comprar su obra.

            En 1908, su “poeta personal” y amigo Rilke descubre el Hotel Biron y su jardín, que en esa época era rentado como departamentos. El edificio estaba en amenaza de demolición, por lo que lo alquilaron a muy bajo costo. El escultor decide instalarse ahí y se convierte en su museo