Gilberto Aceves Navarro, la pasión por observar

Artes visuales - Personajes

El 24 de septiembre, Gilberto Aceves Navarro cumple cinco años de su segunda vuelta a la vida. En el año 2011, cuando le preguntaron, en una entrevista, sobre sus planes para la celebración de su cumpleaños número ochenta, respondió: “Como estuve a treinta minutos de morirme, no los voy a celebrar porque no cumpliré ochenta, sino que iniciaré la segunda vuelta”.

            Se considera a sí mismo como un huraño enamorado de las formas, cuya pasión es ver; observar hasta que la contemplación profunda se convierta en interpretación y arte. El pintor Alberto Gironella lo apodó “el ciclón veloz”, por su arrolladora capacidad de trabajo.

            En 1950 inició sus estudios en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, para después trabajar al lado de David Alfaro Siqueiros en la realización de los murales de la Rectoría de la UNAM. Como maestro, desde 1998, imparte un taller en su estudio de la Colonia Roma en la Ciudad de México.

            Es miembro de la Academia de Artes. En el año 2003 fue galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes y en 2014 recibió la medalla de la Universidad Autónoma de México por 40 años de servicios académicos.

            Para celebrar con el artista este nuevo recorrido vital, recopilamos algunas sus declaraciones sobre la vida y la creación.

“Las reglas no existen, excepto para quienes tienen ganas de seguirlas y yo no tengo ganas de seguir ninguna desde niño”.

“Soy el tercero de los hijos de mis padres; llegué como agregado cultural, un poco tarde, cuando ya estaban aburridos de formar bodoques y tuve mucha libertad. También el alejamiento natural y esa necesidad me marcó. Era un niño que daba una lata tremenda”.

“Uno no se pinta, no se mete en estas cosas para hacerse famoso, por lo menos es una de las cosas que nunca busqué, pero sí compartir. Lo hago bajo ese espíritu de colaborar, de hacer que los demás disfruten tanto como yo al hacerlo”.

“Me dediqué tanto a trabajar, a hacer cosas, a ejercitarme, a tratar de dibujar como un ángel, que la vida se me fue rápido”.

“A mis alumnos les digo que dibujen con la panza, tienen que involucrarse en la tarea física de hacerlo con todo el cuerpo. Les pongo limitaciones físicas para algunos ejercicios, como no mover un dedo o la muñeca”.

“Este es un oficio de silencio  porque no se debe pensar en palabras sino de otra manera”.

–Acerca del PRI­­­–  “El hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra, pero como los mexicanos nos tropezamos como cinco o seis veces más con la misma, quién sabe qué tipo de animal seremos”.