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Ernesto García Cabral, mejor conocido como “el chango”, fue ilustrador, caricaturista, cronista gráfico, cartonista editorial, experto bailarín de tangos, torero, campeón de lucha grecorromana, y pionero del cine mudo y la televisión.
Este estuche de “monerías” nació en Huatusco de Chicuéllar, Veracruz, en 1890. Desde muy “changuito” comenzó a dar muestras de su talento y a los 17 años fue apoyado por el gobernador de su estado, Teodoro A. Dehesa, para estudiar en la Academia Nacional de Bellas Artes de San Carlos, con una beca de 25 pesotes que le alcanzaban para medio vivir y salir a la calle a comercializar su talento en revistas satíricas como La tarántula, de Fortunato Herrerías y Pablo Prida. Vendió varios de sus chistes gráficos a publicaciones como El Alacrán, el Heraldo de México y Frivolidades.
Pronto se consagró como dibujante en el semanario político Multicolor, que dirigía don Mario Vitoria, en donde realizó algunas caricaturas que parecían atacar a Francisco I. Madero, quien no tardó en mandarlo llamar. Él mismo relató el encuentro: “me ve el presidente, me ve muy joven (tenía 21 años) y yo sólo le digo, no pos yo nomás hago los dibujitos, señor, a mí nomás me los mandan a hacer, y eso me vale a hacerme acreedor de una beca”.
La beca consistió en algo de dinero, un pasaporte y un boleto a París. En aquella ciudad conoció a Diego Rivera, Amado Nervo y el Dr Atl –la crea y nata de bohemia en pleno-. Comenzó a publicar dibujos en Le Rire, La Baionnette y La Vie Parisienne.
Dicen que en aquella época, Diego Rivera y José Clemente Orozco le “envidiaban” el talento y que lo acusaban de no hacer cosas más “grandes” por juerguista y ojo alegre.
En 1914, al estallar la guerra, deja de recibir la pensión gubernamental y queda a la buena de sus dibujos durante varios años. Regresó a México en 1918 como dibujante de planta en la Revista de Revistas en donde se dedicó a las portadas, las crónicas ilustradas y el cartón editorial. Es en esta publicación en donde realizó una extraordinaria serie de carátulas en tricomía con un depurado estilo art nouveau
Juan José Arreola lo describió como “el hombre que más ha dibujado a México”, y fue él mismo quien emprendió una campaña para rescatar a quien consideraba el mejor dibujante mexicano del siglo XX. Se creó el Taller Ernesto García Cabral A.C., una organización constituida por su viuda, hijos y amigos, con el objetivo de perpetuar la obra del “Chango”, quien recibió los premios Ottmar Mergenthaler ( de la Presse Interaméricaine) y el Nacional de Artes Plásticas de México.
Fue nombrado una vez Hijo Preclaro de Xalapa y dos veces Hijo Predilecto de Huatusco, su pueblo, en donde murió el 8 de agosto de 1968.