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Este 11 de diciembre se conmemora el centenario del nacimiento de Elena Garro, la escritora, la dramaturga, la poeta, la coreógrafa, la activista, la esposa de Paz, la madre de Helena, la mujer señalada por el año 68, la autoexiliada, la entrañable anciana que murió el 22 de agosto de 1998 acompañada por 18 gatos.
Elena es considerada la segunda mujer más importante de las letras mexicanas —a la derecha de Sor Juana—, de quien hemos reunido palabras —tomadas de sus declaraciones hechas en entrevista para el documental La Cuarta Casa, retrato de Elena Garro, realizado en el año 2001 por José Antonio Cordero— y algunos de sus Recuerdos del Porvenir para celebrarla.
“Yo no me quería casar. Yo por lo único que me casaría, decía, sería para tomar café con leche. Porque en la casa no nos daban café con leche, nos daban avena, y mi papá se tomaba unas tazas de café perfumadas y mi mamá también, y yo pensaba ‘ay, qué dichosos que toman café’ […] y sí; yo empecé a desayunar café con leche cuando me casé.”
“Nunca fui muy enamorada. Antes era, pues sí un sueño, pero nunca me pareció realizable, porque la convivencia con la persona siempre resulta un fracaso, y cuando es de verdad amor, como en las novelas o en la historia, pues se mueren los héroes.”
“ [de niña] Yo quería investigar por qué las cosas tenían un revés. Me parecía que enseñaban lo bonito y escondían lo feo y que el revés era lo feo y lo escondían para que la gente creyera que todo era perfecto, pero que no era cierto. Entonces me metía debajo de la cama y examinaba lo feo de los resortes y la raya del colchón…”
“En boca cerrada no entran moscas. Aquella frase repetida a cada instante marcó su infancia, se interpuso entre ella y el mundo, formó una barrera infranqueable entre ella y los dulces, las frutas, las lecturas, los amigos y las fiestas. La inmovilizó.”
“De noche, tan pintada, no está tan mal, pero habrá que verla cuando despierta con todos los vicios en la cara.”
“Él sabía que el porvenir era un retroceder veloz hacia la muerte, y la muerte, el estado perfecto, el momento precioso en el que el hombre recupera plenamente su otra memoria.”
“No todos los hombres alcanzan la perfección de morir; hay muertos y hay cadáveres, y yo seré un cadáver.”
“La memoria del futuro es válida, pero me ha fastidiado y estoy cambiando los finales de todos mis cuentos y novelas inéditos para modificar mi porvenir.”