El pensador

Artes visuales - Obras

En 1880, Rodin comenzaba a ver los frutos de su talento escultórico. El estado francés adquirió su escultura La edad de bronce por el importe de 2000 francos y le encomendó al artista la tarea de crear una puerta para el futuro Museo de las Artes Decorativas.

            Inspirado en la Divina Comedia, de Dante, Rodin comenzó el proyecto de La Puerta del Infierno. Esta monumental tarea, ocupó desde entonces el trabajo de Rodin, hasta el final de su vida, sin llegar a concluirlo, por falta de tiempo y porque, al final, el supuesto museo nunca fue terminado; por lo que las piezas que lo integraban no llegaron a ocupar el sitio pata el que fueron concebidas.

            La Puerta del Infierno se convirtió en un repertorio de figuras reutilizadas, reunidas, modificadas, de donde surgieron piezas independientes que, con el paso de los años, se convirtieron en íconos de la escultura moderna como El Beso, La Eterna Primavera y, por supuesto, El Pensador. Cada una de las estatuas representaba a uno de los personajes principales del poema alegórico.

            Sin duda, la más célebre escultura de Rodin: El Pensador, se llamaba originalmente El poeta, luego, Dante Pensado. La idea original, era situarlo en medio de una serie de “condenados” esculpidos bajo relieve; El Pensador estaría acaso “meditando su destino”. Inclinado hacia delante para observar los círculos del infierno. Era un cuerpo torturado pero perteneciente a un hombre de un espíritu libre, que trascendería su sufrimiento a través de la poesía.

            Para efectos de La Puerta del Infierno, la escultura medía originalmente 70 centímetros y el primer modelo fue hecho en yeso. En 1904 fue ampliado y tomó una dimensión monumental que lo hizo aún más popular, tras su presentación en el Salón de París.

            En 1906, la obra fue instalada delante del Panteón, convirtiéndose en la primera creación de Rodin erigida en un espacio público de la ciudad.

            El Pensador mezcla realismo y romanticismo. Rodin se refirió a él como:

“Pensador, hombre desnudo sentado sobre una roca, los dedos de los pies agarrándose los bordes extremos. Su cabeza sobre su puño, preguntándose. Pensamientos fértiles lentamente nacen en su mente. Él no es un soñador. Él es un creador”.

            En 1922 la estatua fue trasladada a los jardines del Hotel Biron, el actual museo de Rodin. Sobre esta emblemática pieza Rilke escribió: “todo cuerpo se ha vuelto cráneo y toda la sangre de sus venas, cerebro”.