Del México Antiguo a la conquista
El siglo de la conquista
El México Virreinal
La Nueva España
Aires Libertarios
El México Independiente
La época de la anarquía
La era liberal
El Porfiriato
El México Contemporáneo
La revolución
La reconstrucción
La estabilidad
La época de las crisis
La transición democrática
Aires libertarios - Hechos
Clic en la imagen para ver la galería
Mucho antes de convertirse en cura, Miguel Hidalgo y Costilla fue enviado a estudiar a Valladolid. Era 1765, tenía 12 años y junto a su hermano José Joaquín ingresó por orden de su padre al Colegio de la Compañía de Jesús, institución jesuita que además de educar dentro de un estricto marco de valores tenía, según el Ratio Stadiorum la obligación de montar obras teatrales habladas en latín.
Más allá de la lejanía del idioma, el niño criollo, descubrió en esta actividad algo más que una obligada tarea: un lenguaje universal. El teatro desentrañaba el sentir del ser humano y podía evangelizar, educar, ser un vehículo de comunicación y transformación. Treinta años después ya instalado en San Felipe Torresmochas, curato del cual tomó posesión el 24 de enero de 1793, Hidalgo dejó de lado el latín para organizar con sus discípulos una pequeña compañía teatral con la que realizó obras de autores franceses del Siglo de Oro, como Racine y Molière, conocido por su carácter rebelde y quien se había dedicado a escribir teatro con el objetivo de ""hacer reír a la gente honrada"".
Durante décadas estos autores habían sido prohibidos en la Nueva España, pero Hidalgo no cesó, él mismo hacía las traducciones con la intención de que el mensaje de este nuevo teatro, ahora en manos de sus alumnos, pudiera llegar a todo el pueblo por igual.
""Cuando Miguel Hidalgo llegó a su parroquia de San Felipe, un reciente censo de población calculado por Humboldt indicaba que la Nueva España era habitada por: 2,700,000 indios, 275,000 criollos, 75 europeos, 6,100 negros y 1,231,000 personas clasificadas como castas. Quince años después de realizado este censo, Hidalgo estaba preparado para iniciar la guerra de Independencia"" según lo documenta la historiadora Josefina Braun.
Gracias a estas traducciones y a su labor como promotor, Hidalgo fue considerado un revolucionario cultural en materia teatral y pedagógica. Con el tiempo estas obras pudieron llegar al repertorio del Coliseo Nuevo de la Ciudad de México, a partir de 1792 las comedias de Moratín, Goldoni, Shakespeare, Corneille fueron permitidas, Voltaire fue uno de los autores que no pudo colarse y siguió prohibido.
El Nuevo Coliseo, inaugurado en 1753, se había convertido en un reflejo del modo de vida de los novohispanos, además de teatro, la gente podía encontrar en éste todo el chisme y la alharaca social. Irónicamente el mismo espacio que había sido usado como medio para iluminar y a favor del pueblo, después del Grito de Dolores fue también espacio para albergar a la causa del rey, convirtiéndose en sede de las celebraciones por cada una de las victorias de las fuerzas realistas sobre los insurgentes.