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Ernesto “el chango” Cabral es reconocido como uno de los más prolíficos e importantes artistas gráficos del siglo XX en nuestro país. Dentro de la gráfica nacional, pocos artistas han tenido la gracia y agudeza que tuvo el veracruzano para retratar la vida cotidiana del país.
Podría afirmarse que no existe un mexicano que no haya visto algún dibujo suyo, en caricatura política o de farándula, en algún cartel de cine o en sus memorables portadas para la Revista de Revistas. No en vano, la UNESCO nombró a su archivo: “Memoria del mundo de México”. Aquel México de la época dorada quedó reflejado en su trazo perfecto y en sus rostros de facciones ligeramente exageradas, pero siempre llenas de color y alegría. Sus dibujos se ríen de todos y de todo.
"El chango" se consagró en 1922, año de la creación de Jueves de Excélsior, en donde inicia una serie semanal titulada Siluetas de Todo y de todos en las que combina la crónica gráfica de actualidad, la crítica de costumbres y los gags humorísticos resueltos con viñetas múltiples de lectura secuencial.
En 1929, en asociación con Manuel Horta publica la revista Fantoche, Seminario loco. En donde demostró que no había estrategia publicitaria más efectiva que el humor: Fantoche, un payaso chaparro y calvo, increpa a los posibles anunciantes diciendo “un momento, seño anunciante: intente convencerme de que un anuncio con humor sano no es efectivo. Demuéstreme que un anuncio alegre no es del interés general. Demuéstreme que yo, Fantoche, no soy y nunca seré el más original personaje […] Demuéstreme que lo gracioso no genera optimismo y de que no revela una gran cultura. Por último demuéstreme que por estas razones, usted retirará si publicidad”. En el transcurso de la semana, más de ochenta empresas contactaron al caricaturista, interesados en sus servicios.
De ahí surgió una de sus cuentas más importantes, la farmacéutica Bayer, marca con la que trabajó de 1926 a 1964, ilustrando sus anuarios con caricaturas de médicos destacados y encargándose de la Gacetilla Bayer.
También incursionó en la pintura mural, dejando como testigos de piedra, uno pintado al fresco en Nueva York y otro a la encáustica en los muros de lo que alguna vez fue el Pabellón de Turismo en Toluca.
Aunque sus dibujos más populares son quizás los que realizó a partir de 1940 para la promoción de películas. Entre sus carteles más recordados se encuentran el de la película El rey del barrio, protagonizada por Tin Tan y la de Ahí está el detalle, de Cantinflas.
Su obra se calcula en unos 30 mil trabajos, de los cuales, 15 mil ya están documentados por el Taller de Ernesto García Cabral A.C.. Documentar y catalogar su obra no ha sido fácil si se considera que El Chango Cabral retrató el rostro de México durante seis décadas prácticamente de manera ininterrumpida. Su influencia en la gráfica periodística fue decisiva, particularmente en los primeros ya que fue inspiración para muchos dibujantes que han tratado de copiar su estilo.