Borracheras divinas

El siglo de la conquista - Vida Cotidiana

       El estado de embriaguez fue, en ciertos contextos rituales, estimulado y comprendido por las culturas precolombinas como una posibilidad de contacto con ciertas divinidades, considerándose a los borrachos seres posesos, por lo cual se decretaron leyes en su defensa, ya que en ellas estaban implicadas las propias deidades.

 

 

       En Cholula existe un mural que exhibe a ciento diez bebedores -probablemente de pulque- en actitudes irreverentes en lo que se ha considerado el preámbulo de una orgía pública. Aunque por otro lado, el consumo de estos brebajes religiosos fue de uso exclusivo de las fiestas y las ofrendas, de ahí que en Tenochtitlan, piensan algunos historiadores, los estados alterados en época de carestía fueran castigados incluso con la muerte.

 

       Antes y después del encuentro con la cultura europea, existe una larga lista de bebidas sacras que incluyen el colonche y el chiquito, realizados con frutas fermentadas; la chicha hecha de piña y masa de maíz; el tepache también de piña fermentada, aunque igualmente se hacía con muchas otras frutas; el chuanuco proveniente del durazno y la manzana; el obo ""líquido dulce y embriagador""; el saguaro que es un licor de cactáceas; la sidra de manzana o peras; el sotol que es agave destilado; aunque las más recurrentes fueron el pulque, el mezcal y el tesgüino.



       El pulque, neutle y también llamado iztac octli -licor blanco- es un fermentado de aguamiel, bebido desde la civilización tolteca y elaborado por el tlachiquero, encargado de cortar, raspar y cocer el corazón del agave.



       A la planta del maguey que dio origen al mezcal se le llamó ""la planta de las maravillas"". Antiguamente, el zumo se cocinaba en hornos semicirculares para quemar el maguey, destilándosele en ollas, machando su centro o piña a mazazos, para luego fermentarlo en tinas de madera o pieles, aunque durante el virreinato se utilizaron alambiques de cobre. La variedad de sus sabores depende de los instrumentos utilizados así como de los diferentes tipos de agave.


           
       El tesgüino es un licor de maíz, incorporado a los rituales desde la civilización olmeca. Actualmente los tarahumaras lo llaman tecuini -latido del corazón- y suelen ingerirlo entre música y danza, lo mismo que los apaches y otros indígenas del sur de los Estados Unidos, así como por grupos mayas en Centroamérica.