5 de abril de 1956… Y la Biblioteca Central se inauguró

La transición democrática - Hechos

EMMA PAULA RUIZ

La historia lo registra: al planearse el complejo universitario en el Pedregal de San Ángel, en la década de los 40 del Siglo XX, se contempló la existencia de un lugar específico para alojar a la Biblioteca y Hemeroteca nacionales; sin embargo, conforme el proyecto se concretaba, fue necesario hacer diversas adecuaciones y/o modificaciones. Una de ellas dio como resultado la creación de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México.

     La primera piedra de Ciudad Universitaria se colocó en junio de 1950, durante la administración del presidente Miguel Alemán Valdés. A la ceremonia acudieron las principales autoridades de la máxima casa de estudios, figuras sobresalientes de la cultura de aquellos años y –faltaba más– los hombres que dirigían la obra, entre ellos el arquitecto Carlos Lazo, gerente general del proyecto. Precisamente este personaje encomendó al pintor y arquitecto Juan O´Gorman concebir la llamada Biblioteca Central, con el apoyo de sus colegas Gustavo Saavedra y Juan Martínez de Velasco.

     Presentadas las ideas y sorteados algunos obstáculos iniciales, fue posible poner manos a la obra. La labor no solo descansó en talento y visión, reflejados en maquetas o planos, sino que pudo llevarse a buen término gracias a la suma de muchos esfuerzos.

     Así lo describió el propio O´Gorman en ciertas páginas de su autobiografía, en las que se puede leer de qué manera se llevó a cabo el gran mosaico, y otros aspectos relativos a la creación de un edificio cuya arquitectura y simbolismo ha traspasado las fronteras de la propia universidad, convirtiéndose en ícono nacional y citadino, un elemento singular de la modernidad mexicana.

     En 1950, sobre un área total de 16 mil metros cuadrados, se comenzó a construir la Biblioteca Central. Su inauguración tuvo lugar el 5 de abril de 1956 y el acervo inicial fue de 80 mil volúmenes: 20 mil de ellos adquiridos exprofeso y, 60 mil provenientes del Departamento Técnico de Bibliotecas.

     En la Gaceta de la UNAM del 23 de abril de 1956, se especificó que la Biblioteca Central atendía de lunes a viernes, de las 8 a las 20 horas, y los sábados, de las 8 a las 12; se mencionaba también que, el servicio se proporcionaba tanto a los estudiantes como al público en general.

     La noticia sobre la inauguración de la Biblioteca apareció en algunos diarios de circulación nacional.  El número 90 de la Gaceta de la UNAM del lunes 7 de mayo del mismo año, dedicó varias líneas a la apertura e indicó los departamentos que la integraban: “Procesos Técnicos, Servicios al Público y Coordinación de Bibliotecas”.

     Contar con una biblioteca pública de tales dimensiones benefició a sus usuarios. Su acervo selecto y útil, así como todos los demás servicios que paulatinamente se han transformado aprovechando los nuevos recursos tecnológicos, han permitido hacer frente a la población universitaria y no, cuyas consultas y visitas han ido en aumento en el trayecto de poco más de seis décadas.